
La neuropsicología es una disciplina desde la cual se intenta conocer los efectos que producen las diferentes enfermedades del cerebro en la conducta de la persona afectada.
También incluye la rehabilitación de esas personas y el tratamiento de las deficiencias y de las discapacidades que padecen a raíz de estas patologías.
En tanto que una evaluación neuropsicológica consiste en una serie de preguntas y actividades que permiten indagar en el funcionamiento del cerebro midiendo la capacidad de concentración, la memoria y otras habilidades mentales como el lenguaje, por ejemplo.
¿Qué pasa durante una evaluación neuropsicológica?
La evaluación neuropsicológica suele hacerse en un consultorio médico donde se le entrega a la persona, por lo general, un lápiz y los papeles que se requieran para ejecutar las pruebas que se pretendan aplicar. El profesional puede también hacer preguntas, proponer tareas y trabajar con materiales, todo lo cual contribuye en una exploración detallada del funcionamiento mental.
Suele tomar un promedio de 4 citas, sin embargo, su duración depende de las condiciones del paciente (y su edad, incluso), las habilidades que se pretendan medir y las pruebas a aplicar.
Además de la lógica revisión del historial médico de la persona, suele complementarse con reuniones con familiares.
Dado que el estudio neuropsicológico busca ver el desenvolvimiento de las funciones mentales superiores o neuropsicológicas o neurocognitivas, en su examen hay variables relativas a lo que es observable durante la consulta, y otras variables intervienen al intentar relacionar los resultados de la evaluación con el comportamiento y las dificultades del paciente en la vida diaria.
¿Qué profesional hace la evaluación neuropsicológica?
Por lo dicho en el apartado anterior, el profesional que practica una Evaluación Neurocognitiva debe tener una formación sólida en neuropsicología cognitiva, neuropatología, anatomía y fisiología cerebral.
Además es importante que cuente con formación en psicometría (no solo en tests), y con una sólida perspectiva clínica.
La atención del neuropsicólogo no solo se centra en la persona con alteraciones neuropsicológicas, sino en el impacto que producen estas deficiencias en su familia y en sus diversos ambientes, por lo cual el profesional también debe tener formación en el asesoramiento y la orientación familiar.
Por otra parte, el trabajo de rehabilitación y el reto de generalizar los resultados de la terapia de rehabilitación a los ambientes fuera del consultorio, también ha exigido de los conocimientos de psicólogos con formación conductual.
Por todo eso, saber aplicar pruebas no es suficiente para hacer neuropsicología. Y debemos tener en cuenta que la atención de un paciente severamente afectado implica un saber trabajar en equipo, porque es poco lo que puede hacer el profesional en el consultorio, si trabaja solo.
¿Cuándo es momento de hacer una evaluación neuropsicológica?
La evaluación neuropsicológica puede hacerse en distintos momentos de la vida de una persona porque contribuye con el diagnóstico de diversos cuadros neurológicos que van acompañados de alteraciones en las funciones neuropsicológicas, en pacientes de todas las edades.
Puede practicarse en un joven para detectar posibles problemas de rendimiento académico, o en un niño para valorar alteraciones en su desarrollo.
Además, puede serle útil a un neurocirujano, en el momento de evaluar el estado mental cognitivo de una persona anterior a una cirugía o para documentar la evolución de su paciente después de la intervención quirúrgica.
Es decir, el momento para hacer una evaluación neuropsicológica no está determinado por la edad de la persona, sino más bien por sus circunstancias y necesidades particulares.
La evaluación neuropsicológica no termina necesariamente en un diagnóstico, pero contribuye con la calidad del diagnóstico que hace el psicólogo, neuropsicólogo o el psiquiatra.
¿Para qué sirve una evaluación neuropsicológica?
La evaluación neuropsicológica puede ser de gran ayuda para médicos, neurólogos, neurocirujanos, psiquiatras y geriatras, en una amplia variedad de situaciones clínicas:
- Contribuye con el diagnóstico de diversos cuadros neurológicos que van acompañados de alteraciones en las funciones neuropsicológicas, en pacientes de todas las edades. Por ejemplo:
- Frecuentemente, es útil para conocer el impacto de enfermedades de aparición aguda como son: el accidente cerebro-vascular, el traumatismo cráneo-encefálico, las meningitis bacterianas o virales, etc.
- Es un recurso importante para determinar el diagnóstico diferencial entre el envejecimiento normal y el Alzheimer; y también contribuye al conocimiento de la topografía cerebral en los casos de epilepsia, es decir, puede ofrecer información acerca del foco de la alteración epiléptica.
- Suele ser una herramienta útil para comprender las quejas de las personas acerca de sus dificultades de memoria, de atención o de concentración, que acompañan al motivo de consulta de variadas condiciones médicas.
- Puede contribuir a evaluar problemas de rendimiento académico, y a ofrecer recomendaciones a padres y docentes. Es de utilidad también en la valoración de las alteraciones del desarrollo infantil.
- A los neurocirujanos, puede ayudarlos a evaluar el estado mental cognitivo anterior a una cirugía y a documentar la evolución después de la intervención quirúrgica.
- Una buena valoración cognitiva puede servir para la planificación de abordajes de rehabilitación, incluyendo a fisiatras, terapeutas ocupacionales y psicopedagogos.
- La evaluación neuropsicológica es un requisito fundamental para la planificación de la rehabilitación y estimulación cognitiva, como tratamiento no farmacológico.
- Es de mucha ayuda a las familias de pacientes con alteraciones cognitivas, pues facilita comprender las relaciones que hay entre las deficiencias cognitivas, los cambios de conducta y las limitaciones funcionales.
- Finalmente, los resultados de una evaluación neuropsicológica, son útiles para comprender en las enfermedades progresivas -como la enfermedad de Alzheimer- en qué fase de la enfermedad se encuentra la persona afectada.
En esta conversación con la doctora Marianela Moreno de Ibarra, puedes descubrir otros argumentos sobre la utilidad de la evaluación neuropsicológica.
Saber evaluar con profesionalidad y responsabilidad las funciones cognitivas de una persona, es ayudarle a mejorar su situación, y proporciona conocimientos claves para la orientación familiar.
También, indica cuáles acciones terapéuticas o docentes son más eficaces en las condiciones particulares de cada paciente, permite ofrecer recomendaciones útiles a otros profesionales, y orientar con fundamento a las familias de pacientes con condiciones neurológicas o con problemas del desarrollo.